En los nuevos episodios, desde que Irene se fue del barrio hace casi dos meses y Santi se hizo cargo de la ferretería, la vida de Tirso (Coronado) es triste y solitaria. No asume su jubilación y se dedica a buscar motivos para sentirse útil y vivo. Por eso se mete en problemas con los pandilleros que se han hecho con el control del barrio, cuyos cabecillas no son otros que Nelson y Nata. Con Sandro bajo tierra e Irene lejos de allí, los dos jóvenes se han hecho uña y carne y sueñan con ocupar el trono de Entrevías, sumido ahora en una guerra de bandas…