Sinergias para conseguir un transporte cero emisiones
Empresas e instituciones reflexionan sobre la descarbonización de la movilidad
Por Laura A. Izaguirre
La relación de las ciudades con la movilidad (o la realidad de la movilidad en las ciudades) está cambiando. Lo demuestran marcos normativos como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) o el Pacto Verde Europeo. Lo vemos en las numerosas reorganizaciones de calles, plazas y parques que copan nuestras ciudades para que los espacios peatonales y los de disfrute público ‘ganen’ terreno al asfalto por el que circulan los vehículos. Y está presente (cada vez más si cabe) en la mayoría de las decisiones que toman las empresas e instituciones sobre las que recae la tarea de decidir las políticas de movilidad de municipios y ciudades.
La sostenibilidad, la intermodalidad y la electrificación son realidades cada vez más presentes en unas ciudades que deben cambiar al mismo tiempo que lo hacen los hábitos de sus vecinos.
«La movilidad está en continua evolución y no solo porque las actividades diarias generan nuevas necesidades de desplazamiento, sino porque debemos plantearnos cómo afrontarlas en términos de economía, salud y medio ambiente», pone sobre la mesa Ángel Anero, director de Movilidad Sostenible de la Diputación Foral de Bizkaia.
Instituciones, organizaciones y empresas del sector reflexionaron sobre los elementos estratégicos que giran alrededor de la movilidad y la descarbonización en el foro sobre eMovilidad organizado por EL CORREO, con el patrocinio del Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Bizkaia, Iberdrola y Hyundai. Un camino en el que las medidas en torno al transporte urbano e interurbano se han convertido en una de las principales palancas de cambio para conseguir «ciudades más respirables», tal y como defiende Eduardo Lobato, delegado comercial de Iberdrola en el País Vasco.
Ejemplo de ello es la estrategia diseñada por el Gobierno central a través de la Ley de Movilidad Sostenible que está actualmente en trámite en el Congreso. Una normativa que incluye una vertiente social para impulsar la transformación sostenible de un transporte que realmente impacte de forma positi-va en los ciudadanos. «Es la primera vez que la movilidad, accesible e inclusiva como un dere-cho de los ciudadanos aparece reconocida desde el punto de vista normativo», defiende David Lucas, secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Porque, como resalta Nora Abete, concejala de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, «las políticas públicas sobre movilidad deben poner en el centro a las personas y apostar por un uso racional del coche». A su juicio, «una movilidad sostenible mejora la calidad de vida no solo de nuestra generación sino de la que nos sucederán».
Pero para conseguirlo también es fundamental el papel de las marcas fabricantes de vehículos y la necesaria labor de concienciación que, según palabras de Javier del Val, manager de electrificación y nuevas tecnologías de Hyundai, deben realizar para que los futuros usuarios de esta tecnología entiendan en qué consiste la movilidad eléctrica.
El transporte público
Pero la descarbonización del transporte pasa también por apostar por un transporte público cuyos usuarios ‘ganen’ a quienes se mueven en coche por la ciudad. Y para ello es necesario contar con un sistema público de transporte «eficaz, accesible y asequible», tal y como remarca la concejala bilbaína de Movilidad y Sostenibilidad.
Por ejemplo, en el caso del transporte público bilbaíno, de las 141 unidades que forman la flota de Bilbobus, 94 son híbridas y 13 eléctricas. Algo parecido pasa con las unidades de Bizkaibus, entre las que un 25% de las 335 que componen la flota están propulsadas por motorizaciones híbridas o eléctricas. Y lo que es más, para seguir avanzando en el desafío que supone reducir sus emisiones, «hemos iniciado pruebas de circulación y repostaje con autobuses propulsados por hidrógeno», anunció el director de Movilidad Sostenible de la Diputación Foral de Bizkaia.
Ángel Anero destaca también que a partir de junio se pondrá en marcha Bizkaibizi, un servicio de préstamo de bicicletas eléctricas que en su primera fase empezará a funcionar en nueve municipios del Gran Bilbao: Santurtzi, Berango, Leioa, Sestao, Erandio, Getxo, Barakaldo, Portugalete y la capital vizcaína.
En Bilbao, además, el Consistorio ha puesto el objetivo en la electrificación de los aparcamientos municipales, tal y como explica Virginia Fernández, responsable técnico del proyecto de electrificación de los parkings municipales del área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de la capital bilbaína. Una iniciativa que pretende dotar a los aparcamientos municipales de la infraestructura necesaria para adelantarse a las necesidades de los usuarios e incentivar el uso de la movilidad eléctrica en la ciudad.
Pero en esta transición hacia una movilidad más sostenible es importante tener en cuenta que no solo hay que centrar el foco en el transporte terrestre, sino que es necesario mirar también hacia el mar. No en vano, cerca del 80% de las mercancías se mueven a través del transporte marítimo, que gasta el 13% del combustible.
En el sector marítimo
De la transición energética en la movilidad marina nos habla Garikoitz Telleria, CEO de Lasai, empresa dedicada al diseño, fabricación y comercialización de embarcaciones eléctrico-solares. Telleria apunta que para alcanzar la descarbonización en los próximos años, «es necesario conseguir una mayor eficiencia en las embarcaciones tanto de combustión clásica como eléctrica, y avanzar hacia nuevas tecnologías de propulsión y nuevos combustibles». En definitiva, las ciudades están cambiando. «Estamos en un momento óptimo hacia una sociedad sostenible, descarbonizada y más buena para todos», sentencia el delegado comercial de Iberdrola en el País Vasco. «Estamos todos remando en la misma dirección; las administraciones, la tecnología y la sociedad cada vez más concienciada de la necesidad de avanzar a un mundo cero emisiones», agrega. Y aunque las cosas se están haciendo bien, no hay que perder de vista que todavía «queda mucho por hacer», tal y como coinciden en afirmar Eduardo Lobato y Javier del Val, representantes de Iberdrola y Hyundai, respectivamente.