«En Gernika se respira baloncesto»

El Lointek Gernika celebra sus 25 años de vida. Su presidente y una de sus jugadoras recuerdan cómo han vivido estos años en el club y cómo ven el futuro

Por Adriana Carrillo

Gerardo Candina lleva 18 años al frente de la directiva del Gernika KESB. Este «loco del baloncesto» no solo ha contagiado su pasión al resto del club sino que ha sabido gestionar los recursos para darle «estabilidad y sostenibilidad» a un proyecto local y modesto que ha sido capaz en estos 25 años de historia de mirar lejos, apuntar alto y dar de lleno al tablero clavando la bandera del Gernika en lo más alto de la competición femenina.

¿Qué balance que hace de estos 25 años del Gernika KESB?
Uno muy positivo. Inicialmente, el club jugaba en la primera categoría autonómica, luego ascendimos a la Liga Femenina 2 en la que estuvimos tres años y ese tercer año jugamos una fase de ascenso en Logroño. Fue el primer gran hito del club, ganamos todos los partidos del play off, algo espectacular. Fue un momento de ilusión y alegría para una junta directiva formada por 12 locos apasionados del baloncesto que han creído desde sus inicios en este proyecto, pero también fue un punto de inflexión porque si bien había mucha ilusión de emprender una nueva etapa, también mucho vértigo por la responsabilidad que implicaba mantenerse en la élite femenina. Vimos que las cosas se podían complicar, pero creo que lo estamos haciendo bien. Ya son ocho temporadas en la LF1, hemos jugado una final de la Supercopa, nos hemos clasificado varios años para jugar la Copa de la Reina, hemos jugado play offs y llevamos cinco años en la EuroCup con buenos resultados.

Es todo un fenómeno teniendo en cuenta que parten de unos orígenes modestos.
Sí. Poco a poco vamos cubriendo etapas y hemos llegado hasta donde hemos querido llegar, a estar en lo más alto de la competición estatal porque no nos olvidemos que estamos hablando de un club de una población de 17.000 habitantes con unos recursos muy limitados, con mucha austeridad y mirando los presupuestos con lupa. Hemos logrado mantener esa sostenibilidad y esa estabilidad durante varios años.

¿Qué valoración hace de esta campaña?
Es una temporada algo irregular, un poco complicada. Nos estábamos acostumbrando a los buenos resultados, a estar en los puestos de arriba muy cerquita de los grandes de la Liga Femenina y este año no. Fuimos de los primeros equipos afectados por el covid. Prácticamente toda la plantilla, excepto una jugadora, dio positivo a la vez y esto hizo que parásemos durante varias jornadas. Luego esto se juntó con que todos los equipos fueron cayendo poco a poco y se aplazaron bastantes partidos. Pasamos mucho tiempo sin poder jugar, solo entrenábamos. Después de la eliminatoria en EuroCup en el partido contra el Mersin en Turquía, un encuentro que ya se ha hecho famoso, el equipo perdió esa dinámica de entreno-partido y luego tuvimos una racha de malos resultados. A día de hoy estamos con la ilusión de darle la vuelta a esta tendencia de los últimos partidos. Vamos a ver si tenemos suerte y ganamos los partidos que nos quedan para estar en el play off otro año más.

Pese a esos momentos amargos el club sigue siendo una referencia para las nuevas generaciones. ¿Qué les atrae del Gernika KESB?
Los chicos de la villa tienen equipo de fútbol, de rugby –que además juega en la máxima categoría–, escuela de pelota, de cesta… Pero para las niñas es muy importante nuestro proyecto porque ahí es donde ellas se ven reflejadas en lo que les gusta y eso es lo que nos hace diferentes. De hecho, dos de cada tres niñas de la villa juegan al baloncesto. Además, el trabajo de la base es muy importante y me enorgullece que la cantera sea nuestra seña de identidad. Por encima de nuestros logros deportivos nuestro primer objetivo es seguir con esta línea, continuar apostando para que las más jóvenes de Gernika, de la comarca y de Bizkaia puedan jugar al baloncesto en unas condiciones dignas. Tenemos ahora mismo muchísimos equipos de base de formación, una estructura que nos permite estar siempre en los primeros puestos de las ligas vascas de cadete y junior. Hemos ido al Campeonato de España como campeones de Euskadi y esa buena trayectoria es algo que valoran las niñas y sus familias.

¿Cuál es el encaje del club en la comunidad?
En Gernika se respira baloncesto y eso se nota en el apoyo que tenemos de la gente de la localidad que nos felicita y nos anima a seguir adelante. El pabellón de Maloste se llena prácticamente en todos los partidos. En ese sentido como presidente del club estoy satisfecho y muy contento porque el apoyo que tenemos
es total.

«El Gernika es el club de mi vida, que me ha dado la oportunidad de jugar en lo más alto de la competición»

Marta Alberdi empezó con solo 9 años a pasar, botar y cruzar balones, a moverse por la cancha, su medio natural, buscando la canasta y a aprovechar los errores del rival para sacar brillo al aro. Jugadora de cantera del Gernika, pasó por las categorías de infantil, cadete y junior, estuvo en Primera Nacional y finalmente llegó a la élite con solo 16 años, cuando Mario López la sacó del banquillo para debutar durante unos cuantos minutos en un partido de Liga contra el Zamora. A sus 21 años, la escolta viste por segundo año la elástica granate como jugadora de plantilla del Lointek, una plaza que se ha ganado con esfuerzo, trabajo y talento deportivo.

¿Cómo fue la sensación de salir a jugar con la élite del baloncesto femenino?
No me lo esperaba. Yo solía ayudar en los entrenamientos. Y como fue tan inesperado salir a la cancha, durante esos pocos minutos pude gestionar mejor los nervios. Estuve nerviosa pero fue en Gernika, en casa, con la afición y fue muy bonito, muy emocionante.

¿Qué ha supuesto el salto a la LF1?
Ha sido un cambio grande en mi día a día porque tengo que gestionar mejor mi tiempo, pero poco a poco he aprendido a organizarme para poder repartir mi tiempo entre los estudios, los entrenamientos, los amigos y la familia. También siento que he crecido como persona.

¿Hay mayor presión?
Creo que el ser de casa es lo que me presiona más porque siento que tengo que demostrar que de un pueblo pequeño y de la cantera se puede llegar lejos. Pero lo veo como algo positivo porque para las niñas que nos ven en los partidos somos unos referentes.

¿Es difícil vivir solo del baloncesto?
Incluso siendo una jugadora nacional es complicado. Hay excepciones pero son muy buenas jugadoras. La afición al baloncesto femenino está creciendo pero hay que darle más visibilidad porque eso significa más recursos.

¿Cómo se ve dentro de 5 años?
Voy mirando año a año cómo me veo psicológica y físicamente para tomar alguna decisión. El próximo año termino la carrera y no sé qué me tiene preparada la vida en ese sentido. Estoy muy a gusto con el baloncesto, estoy disfrutando y aprendiendo mucho y espero seguir porque me aporta más de lo que me quita. Además estoy a gusto con el Gernika, es mi club, el club de mi vida, el que me ha dado la oportunidad de jugar en lo más alto de la competición y espero seguir aquí.

¿Qué es lo que le ha aportado?
En el club siempre se ha fomentado el trabajo y el respeto. Y creo que todo lo que haces con esfuerzo y con el alma tiene muy buenos resultados. El club tiene muy buena trayectoria, ya acumula varios triunfos y eso se debe a que se trabaja desde el corazón. Al final el esfuerzo y el empeño dan sus frutos. Soy más que una jugadora, soy una persona a la que le importan estos valores que transmite el club.

¿Qué valoración hace de este segundo año?
El club hace un trabajo increíble en visibilizar a sus jugadoras y lo que queremos transmitir. Por otro lado, esta temporada está siendo un poco más escasa. El coronavirus y el episodio en Turquía nos han pasado factura y nos ha costado remontar. Pero queremos recoger las sensaciones de nuestro desesmpeño en la Copa de la Reina y quedarnos con eso.

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