«Ponemos en valor las alianzas que podemos crear entre Corea y Euskadi»
Íñigo Arteagabeitia, fundador y director financiero de Avalon, es un joven emprendedor que encara su recta final en un viaje de aprendizaje a Seúl
Por Ane Ontoso
Está en la recta final de su viaje de tres meses por Corea del Sur, donde se ha dedicado en cuerpo y alma al desarrollo de proyectos empresariales enfocados en las ciudades inteligentes y sostenibles. Hace una semana, sin ir más lejos, el portugalujo Iñigo Arteagabeitia, de 21 años, contaba en su red de Linkedin que tenía «muchas ganas de seguir aprendiendo y conociendo este gran país».
Como estudiante de LEINN, el grado oficial en Liderazgo Emprendedor e Innovación de la Universidad de Mondragón, acababa de asistir al AI Expo Korea 2022 junto a sus compañeros de empresa. Y agradecía: «Un día lleno de aprendizaje e inspiración principalmente en temáticas como la inteligencia artificial, DaaS, cloudservers, ciberseguridad… Es increíble el gran avance que se puede apreciar en estos espacios». Un «buen punto de inflexión», aseguraba el joven jarrillero, para el trabajo «que estamos llevando a cabo junto al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, que tiene como objetivo extrapolar las buenas prácticas que se estan llevando a cabo en Corea del Sur a Euskadi». No es el único Ayuntamiento con el que está creando sinergias basadas en esos mismos objetivos, también con el Consistorio getxotarra, que «hace hincapié en la movilidad y la micromovilidad poniendo en el centro al ciudadano», cuenta. El portugalujo revela que con su proyecto «ponemos en valor las alianzas que podemos crear entre Corea y el País Vasco. Ser el vínculo, el puente».
Su mejor versión
A su corta edad, este joven vecino de Los Llanos ya ha montado su propia empresa. Es el fundador y director financiero de Avalon, que aspira a convertirse en «un equipo emprendedor de alto rendimiento». Su trabajo crea y lleva a cabo «proyectos reales que obtengan el máximo beneficio para nuestra sociedad», como puede serlo ese trabajo versado en ciudades inteligentes y sostenibles.
Iñigo llevaba muchos meses preparando y asimilando su periplo al país asiático y, según afirmaba, «afronto esta nueva experiencia con mucha motivación y energía para sacar la mejor versión de mí». Nunca había estado tanto tiempo lejos de casa, algo que le daba «respeto», y quería aprovechar la oportunidad que le brinda su Universidad. Más aún con las «maravillas» que le habían contado de la capital asiática. «El valor del grado es que interactúas con clientes y proyectos reales desde primero –destaca–. Aunque tienes tus errores también». La carrera ofrece viajes de aprendizaje en diferentes cursos. «El primer año es en Europa, el segundo en Costa Rica y el tercero en Corea del Sur», detalla. Así, los estudiantes se sumergen en diferentes culturas que enriquecen su experiencia vital y laboral.
Como la que han adquirido, contaba en la red social, en este viaje por Seúl. «Me gustaría dar las gracias a SeungHo Lee, CUBOX, NHN, ProSpace, INEEJI… –nombra– por el excelente trato que nos dieron y por todo el conocimiento que nos pudieron transmitir durante nuestra estancia». Antes del viaje ya confesaba que «estar fuera de casa te hace aprender».
«Ganas, esfuerzo y actitud»
Iñigo, asimismo, constituyó otro proyecto dentro de Avalon, bautizado como Dream.in, junto al santurtziarra Iker Arroyo. Juntos se dedican a la «creación de contenido de calidad en el ámbito deportivo», aunque su intención es abarcar también otros deportes. «Él pone la creatividad y el diseño y yo la visión estratégica con el cliente y el proyecto. Dos perfiles diferentes y necesarios», relata. Con Dream.in trabajan para empresas deportivas, clubes y deportistas profesionales que requieren de los servicios en los ámbitos de marketing, branding y creación de contenidos.
Él ya ha probado el emprendimiento y anima a otros jóvenes a ello. «Que se tiren a la piscina. Al principio hay muchos palos y errores. Pero con ganas, esfuerzo y actitud, no es imposible –anima, sencillo–. Todos somos valiosos y tenemos ese talento o algo que podemos aportar». El próximo curso afrontará las prácticas. Aunque el joven jarrillero está preparadopara lo que venga. La pandemia le curtió para buscar oportunidades en la adversidad. «Los eventos, que era lo más fácil, estuvo complicado», rememora. Así que vieron coyuntura en las redes sociales. «Hay que reinventarse y adaptarse al cambio», sentencia. Y qué razón lleva.