Arkotxa recupera su Pasión Viviente por Semana Santa

Tras tres años sin poder celebrar su tradicional evento cultural, el barrio de Zaratamo ultima los ensayos de sus dos representaciones

Por Laura Castellanos

En este tiempo les ha pasado de todo pero a pesar de que se esperaban lluvias el sol brillará para que Josean Chica y el resto del equipo puedan por fin  celebrar una Semana Santa tranquila y que nada ni nadie les frene esta 54ª edición de su Pasión Viviente. Una edición que se ha hecho de rogar tres años.
Las desavenencias que expusieron en 2019 dieron paso a una pandemia que dura ya dos años, y aunque por fin este abril es el definitivo no han dejado de tener imprevistos hasta el último momento. «Ha sido un año complicado, a última hora a Eduardo Chaparro, uno de los directores que iba a hacer de Cristo, le van a operar de una hernia y hemos tenido que tomar la decisión de que el otro director, Aitor Sainz, que ya lo había hecho en tres ocasiones, vuelva a ello», cuenta.
Al frente de Gaztek-Abi, la asociación se encarga de todo este despliegue que, como puede intuirse, ha sufrido cambios a lo largo de su historia. Desde que se organizara por primera vez gracias al padre Flavio Bujanda en 1965 han pasado por sus trajes decenas de vecinos de Arkotxa y afines a esta fiesta.
Con la idea de mantener la esencia y mejorar a la vez el acto, explica Chica que han apostado por el cambio de algunos pasajes, «ordenarlos de tal manera que quien haya venido o haya participado otros años quizá se vea extrañado». Eso sí, recuerda que hay partes que son las que son, «evidentemente el guion, en su parte fundamental, no se puede modificar, es lo que está en los textos».
Así, este barrio de Zaratamo hoy podrá disfrutar del primer día de representación que tendrá como protagonista la Última Cena. Allí se dispondrá Jesús y los doce apóstoles en una escena que termina con Judas, «dando a entender por qué le traiciona y haciendo el lavatorio de pies». Todo ello concurrirá en la parroquia, siempre con las medidas de seguridad oportunas. Por su parte, mañana, Viernes Santo, comienza con el prendimiento en el huerto, «al que se supone que va a orar después de esa cena», y de ahí, narra, «a las distintas representaciones: el juicio con los sacerdotes, con Pilatos, con Herodes, el camino al Calvario con las cruces…», un pasaje este último en el que sale la Virgen, María Magdalena o las mujeres de Jerusalén, entre otras.

Poner en valor
Pero antes, los participantes han trabajado duro durante semanas. «Te sorprenderías de cómo hacemos para manejar un tema como este con un presupuesto como el que tenemos», incide él. «Es imposible hacerlo sin manos» y agradece que personas que lo habían dejado, hayan vuelto para ayudar. «En ese sentido estoy muy contento», resume.
En comparación con otros puntos como Balmaseda, el «handicap» de Zaratamo es su tamaño además de ser un lugar «muy disperso». Ello obstaculiza la tarea de ejecución de uno de los eventos más importantes de la zona, donde consideran que tampoco tienen todo el respaldo institucional que les gustaría. Dos puntos que dificultan el objetivo principal de todo esto, que no es sino poner en valor las representaciones de Arkotxa. «Vamos progresando poco a poco, pero somos menos de los que quisiéramos».
Él ni siquiera reside en el municipio, sino que vive en el vecino Basauri desde hace tres décadas. «En Arkotxa habré vivido unos 8 o 9 años pero sigo yendo», relata orgulloso de un legado que siguen así mismo sus hermanos Rober y Javi. Del primero cree que es el que más veces ha repetido el papel de ladrón, «también llevando la cruz», mientras que el pequeño, aunque con problemas de agenda, logrará cuadrar la fecha para hacer uno u otro rol, «quizá de soldado, o de pueblo…». Lo que seguro lleva su firma es el pregón de este año, que redactó en 2020 y que ha esperado hasta la fecha para pronunciar.
Por su parte Chica reconoce que hará de lo que le manden. «Soy el presidente pero en realidad soy el apagafuegos», bromea y desvela que esta vez le ha tocado a San Pedro. «Ya lo hice hace años y me gusta, salgo el jueves en la cena y el viernes en el prendimiento y en las negaciones. Y estoy más liberado para otras funciones que me puedan solicitar».. Entre unos y otros están alrededor de 15 personas en lo que él llama «el núcleo fuerte», otras 10 o 20 en el siguiente y a nivel participativo, según la edición, el número oscila entre 80 y 120.
Un buen grupo de actores y actrices amateur que se han afanado estos días en dejar a punto sus vestimentas, sacar brillo al cuero de las corazas y retocar bajos pues «siempre hay que hacer alguna cosa con el vestuario». A todos ellos dedica esta fiesta y es que alega que, en su opinión, «la Semana Santa es de quien participa y colabora cada año, cada uno da el máximo posible en la edición en la que está».
Mientras recuerda a sus compañeros de faena de Durango y Castro Urdiales, invita a la ciudadanía local y de la comarca a asistir a una edición más que especial. «Que disfruten, nosotros lo damos todo para que salga bien y quede bonito, desde la megafonía hasta los escenarios».

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