La vida después de la pandemia
Por Laura A. Izaguirre
“¿Podemos decir que estamos más cerca del final? Sí. Reconozco que por primera vez tengo buenas sensaciones”, contesta tajante Elena Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología. “Esta pandemia de la covid-19 empieza a enfriarse, está dando señales de ir agotándose. Seguramente, aquí en Europa todavía se producirá algún rebrote este otoño y en la primera mitad del año que viene, pero no tienen por qué ser excesivamente graves”, añade Anton Erkoreka, director del Museo Vasco de Historia de la Medicina (UPV/EHU) y especialista en historia de las pandemias.
Sin lugar a dudas se trata de buenas noticias pero la pregunta es obligada: ¿Y ahora qué? “Estamos yendo muy bien, está bajando la incidencia y pueden ocurrir dos cosas: el virus no es capaz de encontrar personas susceptibles y deja de trasmitirse (cabría incluso la posibilidad de que desapareciera, pero tal y como se ha ido comportando no parece la opción más plausible) o, lo que es más probable, acabará convirtiéndose en un virus más de los que circulan en invierno, o todo el año porque hasta ahora este tipo de coronavirus no parecía tener esa estacionalidad. En el momento en el que forme parte de la flora y fauna del resto de microorganismos que conviven con nosotros podremos cambiarle de nombre, y ya ya no tendremos una pandemia sino un virus con el que tendremos que convivir todo el año o tener picos epidémicos como tenemos con la gripe, y la forma que tendremos de vigilarlo será diferente”, explica la presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología.
“Hay que ir recuperando la normalidad este mismo otoño”, Anton Erkoreka, director del Museo Vasco de Historia de la Medicina (UPV/EHU) y especialista en historia de las pandemias.
Claro que “poner tiempos es muy complejo, o casi imposible”, añade la experta. Porque ahora hay que seguir vigilando de cerca al Sars-CoV2. “Hasta ahora ha campado a sus anchas, porque el invierno pasado no hubo otro virus respiratorio, por lo que como son seres vivos que son, habrá que ver cómo convive con el resto, cómo se comporta y cómo busca su hueco, si es que realmente lo puede encontrar”. Entretanto, Erkoreka lo tiene claro: “Hay que ir recuperando la normalidad este mismo otoño”. No en vano, la covid tiende a convertirse en una enfermedad endémica con la que vamos a tener que convivir, igual que nos pasa con la gripe, con la diferencia de que “en el caso de la gripe conocemos bien su ritmo: algunas variantes muy agresivas producen cada 20 o 25 años pandemias muy graves como la gripe española, y en cambio las variantes menos agresivas producen las epidemias de gripe estacional que se repiten cada año. En cambio, el Sars-CoV-2 no ha tomado ningún ritmo similar y sus olas epidémicas todavía son imprevisibles, aunque ya empezamos a entenderlas, por comparación. A pesar de ello, tenemos que convivir con el nuevo virus. Al fin y al cabo, es uno más de los que pueblan este planeta…”, anticipa el experto en historia de las pandemias.
Experiencias pasadas
Echando la vista atrás hacia el resto de pandemias que ha vivido la humanidad, Erkoreka coincide en que “sabemos cómo han empezado las pandemias y en qué momento concreto han aparecido, pero no es nada fácil concretar el momento en que desaparecen”. Lo que está claro es que seguramente la ‘normalidad’ a la que se ansía volver desde hace un año y medio quizá no sea exactamente igual a la que dejamos en marzo de 2020 porque, como señala Erkoreka, “todas las pandemias han obligado a cambiar nuestros modos de vida”. “Siempre que ha habido algún tipo de crisis, no solo sanitarias, nuestra forma de vivir y nuestro comportamiento cambia. No creo que aquí en España cambien muchas cosas en cuanto a socializar pero probablemente sí se quedarán costumbres como el hecho de que no resulte raro que te quedes trabajando en casa si tienes una gripe, o no sería una mala costumbre mantener el uso de la mascarilla para los refriados siempre que salgamos a la calle”, augura la presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología.
«Siempre que ha habido algún tipo de crisis nuestra forma de vivir y nuestro comportamiento cambia”, Elena Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología.
El futuro
Así que no hay que dramatizar con el futuro sino “analizar los fallos y los problemas”, aseguran ambos expertos. En definitiva, aprender de los errores del pasado para poder prevenir en el futuro. “Los servicios de salud pública estaban totalmente infradotados e infravalorados y se necesita una estructura que pueda aguantar cualquier tipo de crisis que pueda venir, y financiarla. También se necesitan estructuras útiles de coordinación porque creo que ha fallado el hecho de mezclar las decisiones técnicas con políticas. Los técnicos deberíamos valorar y recomendar y que las decisiones se tomen teniendo en cuenta también otros puntos de vista porque hay que recordar que nosotros vamos a mirar siempre desde la perspectiva de la salud de la población y quizá en algún caso hay que tener en cuenta otros aspectos (la economía…), y una vez que tienes las recomendaciones del resto decidir lo que es mejor para la población”, concluye Martínez.