Vivir con una sangre poco común

El «0,1% de la población carece de un grupo sanguíneo que sí tiene el otro 99%». Son personas con un plasma especial con nombres como Vel negativo o Rh nulo.

Por Laura A. Izaguirre

La inmensa mayoría de las personas conocen cuál es su grupo sanguíneo. Una combinación de letras y signos positivos o negativos que repetimos sin atisbo de duda. Pero, ¿sabemos a qué nos referimos cuando se habla de la ‘sangre dorada’ o Rhnull (Rh nulo), de la ‘Duffy negativo’, la ‘Diego B negativo’, la sangre ‘Bombay’ o la Vel negativo? Porque, a pesar de que suenen casi a ciencia ficción, todas ellas son tipos de sangre real que, eso sí, tienen muy pocas personas en el mundo.

Para intentar entenderlo, empecemos por el principio. El 99,9% de la población mundial tiene los ocho grupos sanguíneos mayoritarios, es decir, los que combinan los cuatro grupos ABO con el factor Rhesus (RHD) positivo y negativo. Lo que todos ‘cantamos’ como O positivo, AB negativo o A positivo cuando nos preguntan por nuestro tejido sanguíneo. Pero a ese nombre y apellidos hay que añadirle muchos más nombres de familia. «Todos tenemos un repertorio de grupos sanguíneos, hay hasta casi 380, y los que cada uno tiene son los que ha heredado de su padre y de su madre. A esto, técnicamente, lo llamamos el fenotipo. Todos tenemos un fenotipo de grupos sanguíneos en los que hay unos que sí están presentes y otros que están ausentes porque no los hemos heredado del padre o de la madre. Para esos grupos que no hemos heredado somos negativos», explica el doctor Eduardo Muñiz, coordinador del Grupo de Trabajo de hematíes de fenotipo poco común de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea. Así, «cuando hablamos de grupo sanguíneo que tiene todo el mundo menos yo, mi fenotipo es especial o poco común porque me falta un grupo que tienen todos», añade.

Es decir, que una persona siempre va a ser, por ejemplo, O positivo más un fenotipo de más grupos sanguíneos. Eso es a lo que se denomina grupos sanguíneos comunes, pero hay un pequeño porcentaje de la población (entre el 0,1% y el 0,01%) que tiene un tipo de ‘sangre rara’. «Es mejor hablar de grupos sanguíneos poco frecuentes o poco comunes. Estamos hablando de grupos sanguíneos que tiene el 99 (y a veces el 99,9%) de la población, los que son poco comunes son esas personas que carecen de un grupo sanguíneo que tenemos el resto, y esto es lo que les hace especiales. Es decir, lo que hace poco comunes a este tipo de grupos sanguíneos es no tenerlos», detalla el doctor Muñiz.

Un ejemplo de esos llamados poco frecuentes es el grupo Vel negativo. «Más del 99% de la población somos Vel positivo. Ser negativo significa que no lo tenemos, por lo tanto, cuando un grupo sanguíneo está tan extendido como para estar presente en casi el 100% de la población, la persona que no lo tiene es ‘especial’ por el hecho de no tenerlo», puntualiza el experto. Pero más allá de la nomenclatura de ‘sangre poco común’, no es algo que afecte a la vida diaria de las personas que lo padecen, «solo cuando es necesario que les hagan una transfusión», aclara el doctor Eduardo Muñiz.

Cómo se detectan los casos

» 1. Cuando un paciente se tiene que transfundir sangre.
En estos casos siempre se mira su grupo sanguíneo (ABO y RHD) y, además, se hace una investigación de anticuerpos en esta persona contra los grupos sanguíneos humanos. Si no te han transfundido nunca, lo normal es que no tengas ningún anticuerpo contra ningún grupo sanguíneo, vas a tener una investigación negativa y se le va a transfundir tranquilamente respetando el ABO y RHD. Pero hay personas que por haber recibido transfusiones previas o mujeres que han tenido embarazos, han estado en contacto con una sangre que no es idéntica a la suya, que no tiene el mismo fenotipo de grupos sanguíneos, y desarrollan anticuerpos contra alguno de esos grupos sanguíneos que son raros para él porque no los tiene. «Por ejemplo, imagina que yo soy Vel negativo, y me ponen una sangre que es Vel positivo. Puede pasar que como no tengo ese grupo sanguíneo y me parece algo extraño, desarrolle anticuerpos contra él. Si he desarrollado estos anticuerpos, la próxima vez que me quieran transfundir, inevitablemente van a tener que buscar una persona Vel negativo porque si no se va a producir una reacción transfusional que podría ser grave», puntualiza el doctor Muñiz.

» 2. Las mujeres gestantes.
Coincidiendo con la visita al obstetra, siempre se les hace un estudio de grupo ABO y RHD, así como un estudio de anticuerpos porque algunas son portadoras (por embarazos previos o porque las transfundieron alguna vez) de anticuerpos contra grupos sanguíneos que pueden hacerle daño al feto. El caso más clásico es el de la incompatibilidad RH entre la madre y el niño.

» 3. Búsquedas prospectivas.
Es la más lógica. Los centros de transfusión hacen búsquedas prospectivas entre sus donantes de sangre, entre quienes van buscando si los donantes son, por casualidad, portadores de un fenotipo poco frecuente, es decir, si tiene ausencia de alguno de estos grupos sanguíneos.

Bancos de sangre

Por eso también son especialmente importantes los bancos de sangre que trabajan a nivel nacional para dar respuesta a estas necesidades. «A nivel estatal trabajamos en red con otros centros de transfusión. Tenemos un grupo de trabajo de fenotipos poco comunes que, bajo el paraguas de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea (SETS), lo conforman los centros de transfusión de Cataluña, Madrid, Galicia, País Vasco, Valencia, Aragón y Navarra, que trabajamos en la búsqueda de donantes portadores de fenotipos poco frecuentes», explica el coordinador del grupo de trabajo de hematíes de fenotipo poco común de la SETS.

Tanto es así que, hoy en día, existen 1.131 unidades de sangre congeladas con distintas características, con diferentes grupos sanguíneos poco convencionales. «Tenemos un registro de unos 900 donantes que son portadores de un fenotipo especial, y de ellos más de la mitad, unos 600, ya lo saben y se han comprometido a colaborar con nosotros para que, si se presenta el caso de alguien que necesite una transfusión de sangre idéntica a la de ellos, acudir a nuestra llamada», expone el doctor Muñiz.

Porque, de hecho, la tendencia actual es a disponer de donantes localizables y no a congelar sangre, lo cual solo se hace en los casos extremadamente raros. Porque la ‘sangre fresca’ dura hasta su caducidad (unos 30 o 35 días), pero cuando se trata de sangre descongelada, si no se utiliza antes de 24 horas, hay que desecharla (hasta 7 días si se ha realizado con los procedimientos más modernos de congelación).
Una labor de investigación y de ‘monitoreo’ de pacientes con sangres poco comunes en las que la cooperación internacional es esencial. No en vano a nivel mundial existe el panel internacional de donantes con fenotipos poco comunes y sangre congelada de fenotipo poco común, que promueve la OMS y está ubicado en Bristol. «Toda la información de todos los países que están trabajando en este tema, la mayoría de países del mundo desarrollado, converge en el panel internacional de la OMS. Y eso nos permite poder encontrar una sangre que no tuviéramos nosotros en España entre más de 8.000 registros de donantes con fenotipo poco común», detalla Muñiz. «Una labor muy bonita y muy necesaria porque nadie se acuerda de esto hasta que llega el problema, y cuando éste surge no puedes improvisar la solución», recuerda como conclusión el coordinador del grupo de trabajo de hematíes de fenotipo poco común de la SETS.

«No me esperaba que hubiera tantos grupos sanguíneos ni que yo tuviera uno tan extraño»

Andrés Rodríguez tiene 21 años. Estudiante del grado en Química en la Universidad de Barcelona, fue el pasado verano cuando le informaron de que su grupo sanguíneo era de los llamados poco frecuentes. «Fue en agosto. Dos semanas después de recuperarme de la covid-19 recibí una llamada del banco de sangre y tejidos de Cataluña para que fuera a donar para un paciente que necesitaba mi sangre. Yo ya había donado varias veces, así que no me sorprendió que me tuvieran en el registro, y fue entonces cuando me explicaron con detalle que mi sangre es de un tipo extraño, Vel negativo, y dado que hay rechazo con la mayoría de personas, que son positivas, necesitaban de mi tejido para el paciente que estaba en estado crítico», recuerda el joven de Gavà (Barcelona).

Hasta ese momento Andrés sabía que era O positivo (como el 35% de la población española), pero lo que hace que su tejido sanguíneo sea especial es «la ausencia del antígeno Vel». «Hay un montón de antígenos en la sangre, unos más comunes que otros, y los grupos sanguíneos que expresen un antígeno concreto que sea muy minoritario son vistos como raros, pero la ausencia de un antígeno muy común también puede ser igual de raro. Y ese es el caso del Vel negativo», explica Andrés, donante de sangre desde los 18 años. «Había escuchado y creía entender los típicos grupos sanguíneos (A, B, AB, O positivo y negativo), así que ni me esperaba que hubiera tantos tipos ni que yo tuviera uno tan extraño», rememora.

Así que la información le pilló por sorpresa. Pero lo cierto es que no es algo que interfiera en su vida diaria. «Sigo haciendo vida normal. Lo único extraordinario es tener que avisar a la hora de donar sangre de que la mía tiene ausencia del antígeno Vel», destaca. De hecho, es contacto por si algún paciente Vel negativo necesitara de forma urgente una transfusión de su sangre, como le ocurrió hace unos meses. «A la hora de buscar sangre para este paciente que estaba en estado crítico se miraron inicialmente los antiguos donantes con este grupo sanguíneo tan concreto, ahí contactaron conmigo. En este caso fue un poco más delicado porque me tuvieron que llamar dos o tres veces ya que había contraído la covid-19 y se supone que no se podía donar hasta pasado un tiempo pero, por lo general, como suelo ir con regularidad a donar sangre sólo espero a que me avisen por teléfono, SMS o correo para hacerme un hueco en la agenda».

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