Claves para el despegue definitivo del coche eléctrico
El coche eléctrico está llamado a protagonizar la movilidad del futuro, pero su despegue definitivo está condicionado por no pocos obstáculos que, a día de hoy, se están imponiendo a sus indudables virtudes. Profesionales de siete concesionarios de Bizkaia y de IBIL, la principal empresa instaladora de puntos de recarga en Euskadi, debatieron sobre los retos que deben superar estos vehículos si quieren conquistar el mercado en el transcurso de un coloquio organizado por EL CORREO con motivo de la celebración del congreso SUM Bilbao21 de movilidad sostenible.
A preguntas del redactor del área de Motor de Vocento, Manu Cortés, todos coincidieron en lamentar la «presión tremenda» que sufren para vender coches eléctricos por parte de las marcas y las administraciones, que han fijado en 2035 la fecha en la que se dejarán de comercializar vehículos impulsados por motores de combustión. «Las marcas tienen que cumplir los ratios de emisiones de Europa para no enfrentarse a multas millonarias, pero el cliente no está interesado porque el precio es caro; ahora mismo solo el 20% de las familias españolas pueden comprar uno. Queremos vender eléctricos cuando el principal problema de España es que tiene el segundo parque automovilístico más viejo de Europa, con 13,5 años, solo por detrás de Portugal», explicó Fernando Roca, director gerente de Ford Mintegui.
Las prestaciones en términos de potencia y aceleración, unidas al poco mantenimiento que precisan estos coches se ven oscurecidas por el precio, las dudas sobre la autonomía real y la escasez de postes en los que recargalos. «El porcentaje de clientes que vienen preguntando por un eléctrico es mínimo, y más como curiosidad que con intención real de compra; el 95% quiere un híbrido», reconoció Ainhoa Llaguno, directora comercial de Lexus Bilbao. Agregó además que las preocupaciones se centran primordialmente en el número de kilómetros que pueden recorrer más que en la infraestructuras de carga.
Otro motivo de inquietud, este más específico del sector, tiene que ver con el impacto que tendrá la circulación mayoritaria de estos coches, incluidos los híbridos, en los servicios postventa. Una preocupación a la que puso voz el director comercial de Toyota Japan Car, Sabin Astorquiza: «El mantenimiento de estos vehículos es muy escaso, casi no pasan por el taller, de modo que los recursos humanos tendrán que ser menores».
«El colchón de la realidad»
«El eléctrico puro no avanza», resumió el director general del Grupo Gaursa, Álex Rodríguez, quien señaló que el porcentaje de ventas no supera el 2% frente al 10% que representa en Alemania. A su juicio, el binomio entre el precio elevado y la escasa capacidad adquisitiva que hay en España en comparación con el país germano es el principal freno para que ese porcentaje no crezca a más velocidad. «Somos el colchón de la realidad porque estamos en medio de los gobiernos, la UE, los fabricantes y el mercado. Sigue existiendo una distancia tremenda entre lo que se quiere y lo que realmente existe», apuntó Rodríguez.
Entrados ya en cifras, Jon Lekue, director general de Autonervión y presidente de la Asociación de Concesionarios de Bizkaia, aportó otras que ayudan a hacerse una idea más precisa del panorama actual. Luego de criticar que hay «demasiadas revoluciones en el sector de la automoción y los políticos no están haciendo mucho trabajo de campo», advirtió de que las «presiones de los fabricantes vienen porque tenemos una ley europea que está descoordinada con la situación de cada país; de hecho, el 80% de las ventas de coches eléctricos en Europa se concentran en seis países». Asimismo, recordó que la descarbonización no puede descansar únicamente en la eletrificación, cuando en el catálogo de tecnologías útiles también figuran el hidrógeno, los biocombustibles o el gas.
«Estamos yendo demasiado rápido teniendo en cuenta el nivel adquisitivo de los ciudadanos vascos», insistió Jon Tolaretxipi, director general de Grupo Easo, quien animó a las administraciones a analizar por qué no se han agotado las subvenciones a la compra de coches más ecológicos. Según dijo, «el 70% de ese 2% que representan las ventas de eléctricos en España corresponden a las automatriculaciones a las que nos obligan las marcas para que puedan cumplir con sus objetivos». Tampoco ayuda, añadió, el alza de los precios de la electricidad, un dato que genera «más incertidumbre a la hora de comprar».
Frente a todas estas objeciones, Aitor Arzuaga, general manager de IBIL, puso la nota optimista al anunciar que a finales de 2022 el número de puntos de recarga en España ascenderá a 1.000 frente a los casi 200 que hay en la actualidad. «Nos pondremos al nivel de Alemania», sostuvo. Arzuaga matizó que el vehículo eléctrico «no es café para todos, sino la solución óptima para la movilidad en entornos metropolitanos». No obstante, afirmó que también es posible hacer un viaje largo si antes se lleva a cabo un ejercicio de planificación recopilando información sobre la ubicación de las infraestructuras de recarga. Por último, lamentó el desconocimiento que todavía existe sobre las prestaciones de estos coches. «Quien lo prueba tiene claro que cuando cambie se comprará uno eléctrico», aseguró.