De vacaciones por la costa vasca
Acantilados, playas, puertos, fortalezas de piedra y reservas de la biosfera son algunos lugares que ofrece esta ruta
Por M. M.
Son muchas las razones que hacen de Euskadi un destino imprescindible. Una de ellas es su extenso litoral de 246 kilómetros donde el mar Cantábrico ha marcado la personalidad de los municipios costeros de Bizkaia y Gipuzkoa. La fuerza de las olas del mar también ha dibujado paisajes de película que hoy se adueñan de la ruta de los viajeros nacionales e internacionales.
En la costa vasca podrás sacar tu lado más aventurero porque, además de las 40 playas, encontrarás escarpados montes y valles tapizados de un verde inigualable. Y bajo el fondo marino podrás conocer el hábitat de distintos ecosistemas que albergan una gran variedad fauna y flora marina que asombra a buceadores con más millas en sus aletas. Estas son las rutas para redondear tu plan de verano.
Desde Muskiz a San Juan de Gaztelugatxe
Desde la playa de La Arena se puede tomar, tanto a pie como en bici, la Vía Verde de Itsaslur, un sendero colgado sobre los acantilados de la costa más occidental de Bizkaia. Este trayecto de 2 a 5 kilómetros también discurre sobre las antiguas vías del tren minero. La siguiente parada es el puerto de Zierbena, un municipio que conserva su lado marinero resguardado por pequeños barcos de pesca y embarcaciones de recreo. Aquí los pescados y mariscos destacan en la carta de los restaurantes que flanquean la salida del lugar.
La siguiente localidad que también mira al mar es Santurtzi, donde los aficionados al senderismo y a la bicicleta de montaña han encontrado un desafío a golpe de pedal o de zapatillas en el monte Serantes. Desde ahí, desde lo alto del pulmón verde de la Margen Izquierda, se observa la desembocadura de la ría y el Puerto de Bilbao. La vuelta estará impulsada por el aroma a sardinas a la brasa. Si aún queda tiempo se puede visitar el Museo del Mar, la antigua Cofradía de Pescadores, y el popular atunero Agurtza, una de las últimas embarcaciones de madera de pesca tradicional que quedan en nuestra costa.
Continuamos por Portugalete y Getxo a través del Puente Bizkaia, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2006. Este puente transbordador comunica desde 1893 ambas orillas de la ría de Bilbao y es posible pasar de una margen a otra en coche, moto, bicicleta o como peatón a bordo de una barcaza. Si no se tiene vértigo se puede ir a pie por la plataforma horizontal superior.
Sopela y Barrika son lugares de culto para los surferos y emplazamiento fotográfico para capturar atardeceres. También lo es la bahía de Plentzia y Gorliz, que cuenta con una villa medieval, una oferta de turismo activo para todos los públicos. A pocos kilómetros se encuentra Bakio, ‘alma del txakoli’, con bodegas y un museo dedicado a este vino blanco. Sobre esta ruta, desde Getxo hasta Bakio, pasando por Sopela, Barrika, Gorliz y Lemoiz, se asienta el Flysch de Bizkaia. Este acantilado sinuoso compuesto por rocas sedimentarias sorprende a los viajeros por sus recovecos.
Terminamos este recorrido en Bermeo, uno de los destinos más visitados desde que en 2016, San Juan de Gaztelugatxe se convirtió en ‘Rocadragón’, uno de los siete reinos de la serie Juego de Tronos. En lo alto de esta fortaleza de piedra hay una ermita y para llegar hasta ahí hay que subir 241 escalones, y ya arriba tirar tres veces de la campana para tener suerte. Aunque ese es el mandamiento popular, mucho antes, el sonido de esa campana avisaba que alguien atravesaba su puerta o que había tempestad.

Por Urdaibai hasta Ondarroa
Mundaka es un pueblo marinero referente en el mundo surfero por su ‘ola izquierda’ que presume con orgullo por ser una de las 10 mejores del mundo. La localidad está ubicada en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y frente a ella se encuentra la isla de Izaro. Y al otro lado de la ría, al que se puede ir en transporte fluvial, se halla la playa de Laida, en plena reserva. Desde este lado se ve cómo el mar y la montaña se funden en uno solo. Otro lugar para admirar este contraste es el peñón de Ogoño y la playa de Laga.
Antes de llegar a Ondarroa nos espera Elantxobe, un pueblo pesquero singular situado en la falda de Ogoño. Sus calles empinadas y en lo alto de la montaña llaman la atención a los visitantes. Y es que en la plaza del pueblo disponen de una plataforma giratoria para que el autobús dé la vuelta. El siguiente pueblo en la ruta es Ea, un pequeño municipio compuesto por tres núcleos (Natxitua, Bedarona y el propio Ea). Este pequeño pueblo que abraza a su ría hasta abrirse al mar tiene dos puentes de estilo románico en su casco urbano.
Lekeitio conserva el único faro visitable de la costa cantábrica: el Faro de Santa Catalina. Este centinela cuenta con un centro de interpretación donde se puede hacer un viaje virtual en barco para conocer las tecnología de la navegación. Otra de las joyas de este municipio es la Basílica de la Asunción de Santa María de Lekeitio. Este recinto religioso atesora en su interior un retablo hispano flamenco de madera dorada y policromada. Se trata del tercer retablo gótico esculpido de mayor tamaño en toda la península.
Llegamos al puerto que se encuentra limita con Gipuzkoa: Ondarroa. También es el más importante de la costa por el gran volumen de capturas. El icono de este pueblo es su puente Zubi Zaharra hecho de piedra, éste reemplazó al anterior que era de madera. Tras recorrer sus calles, lo ideal será terminar con una merluza ‘a la ondarresa’.

Desde el Geoparque hasta Sebastián
Cruzamos la frontera de Bizkaia y llegamos a Gipuzkoa. En concreto a la comarca de Debabarrena. El primer pueblo en el itinerario es Mutriku, uno de los puertos guipuzcoanos más antiguos. Durante muchos años, sus habitantes se dedicaron a la pesca de la ballena. Hoy entre sus calles estrechas adoquinadas podemos encontrar un conjunto histórico con palacios urbanos que datan del siglo XVII y el siglo XVIII. A nueve minutos en coche, la arquitectura del medioevo resalta en el casco histórico de Deba.
En los alrededores de este municipio se puede encontrar el valle de Lastur, un paisaje kárstico en pleno corazón del Geoparque de la costa vasca. El Geoparque comprende los municipios de Mutriku, Deba y Zumaia. Son 13 kilómetros de acantilados con espectaculares capas de roca llamada flysch. Estas cubiertas nos muestran más de 60 millones de años de la historia de la Tierra. Para conocer más sobre estas formaciones geológicas podemos ir hasta el Centro de Interpretación Algorri en Zumaia. Luego ir andando hasta la Ermita de San Telmo para ver desde una zona privilegiada la sinuosidad de estos estratos .
Getaria es la patria del marinero ilustre Juan Sebastián Elkano y del modisto internacional Cristóbal Balenciaga. Pero también lo es de por sus pescados a la parrilla y de los viñedos que se extienden hasta Zarautz y Orio. En Getaria merece saborear sus pescados a la parrilla, una técnica que nace con los arrantzales. Ellos empleaban el asador de hierro cuando venían de faenar, lo hacían en sus barcos o en la misma calle. El circuito en Getaria, si no se dispone de mucho tiempo, puede terminar con una visita al Museo Cristóbal Balenciaga, junto al Palacio Aldamar, antigua residencia de los marqueses de Casa Torre, abuelos de la reina Fabiola de Bélgica, donde el famoso diseñador se inició en la costura.
San Sebastián es una ciudad cosmopolita. A ella llegan decenas de turistas de todas las nacionalidades, incluso algunos se quedan. Se puede recorrer sus calles a pie, en bici o corriendo. Desde la playa la Zurriola hasta Ondarreta pasando por la playa de la Concha. O terminar en el Peine del Viento de Chillida, el monte Urgull. O mejor perderse en los bares de pintxos y sus iglesias en la Parte Vieja.
