Un viaje por las entrañas de Bizkaia
Más allá de playas, edificios y paisajes, Bizkaia cuenta con una multitud de cuevas que permiten conocer la historia de la provincia. Algunas de ellas están abiertas al público y ofrecen un auténtico viaje subterráneo donde se esconde el pasado como si fuera un gran secreto.
Cueva de Santimamiñe, el paleolítico en un entorno privilegiado
La cueva de Santimamiñe es el yacimiento arqueológico más importante de Bizkaia. Se localiza en la margen oriental de la cuenca del Urdaibai. Conserva restos de sentamientos humanos de hace más de 14.000 años y alberga en su interior casi medio centenar de pinturas rupestres, del periodo Magdaleniense del Paleolítico Superior, que representan diferentes animales, como bisontes, caballos, ciervos, cabras y osos pardos. La gruta posee, además, numerosas formaciones de estalactitas y estalagmitas de gran belleza. Declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2008, actualmente se encuentra cerrada al público, pero permiten una visita virtual 3D que se realizan desde el Centro de Interpretación y los visitantes pueden acceder al yacimiento arqueológico situado a la entrada de la cueva.
Cueva de Baltzola, un ‘laberinto’ de estalactitas y estalagmitas
Situada en el municipio de Dima, en pleno Parque Natural de Urkiola, la cueva de Batzola esta formada gracias a la erosión de la piedra durante miles de años. Dentro albergan todo tipo de sorpresas formadas por estalactitas y estalagmitas que forman, a través de la galería principal, un pequeño ‘laberinto’. Es el lugar ideal para aquellos que buscan calma, ya que en su interior no se puede escuchar nada. Eso sí, además de un linterna,es recomendable llevar ropa de abrigo, ya que la temperatura baja bruscamente en su interior. La zona también es idónea para los amantes de la escalada por la amplitud de la altura de sus paredes.
Cueva de Pozalagua, un espectáculo contra la gravedad
Con apenas 63 años desde su descubrimiento y 30 desde que se abriese al público, la cueva de Pozalagua ya ha fascinado al mundo entero. Ubicada en el Valle de Karrantza, la gruta está formada por estalactitas y estalagmitas, pero por lo que más destaca es por la cantidad de estalactitas excéntricas, que crecen en cualquier dirección y forman una estampa similar a la de las raíces o los corales. Los geólogos consideran a Pozalagua la primera a nivel mundial en cantidad de excéntricas. Su hallazgo se produjo por casualidad. Tras una explosión de carga en la cantera próxima que extraía dolomía, se abrió un agujero en la pared de la montaña que hoy es la puerta a la cueva. En 2013 ganó en el concurso de Mejor Rincón de la guía Repsol.
Cueva de Supelegor, el hogar de la diosa Mari
Situada en pleno Parque Natural del Gorbea, la cueva de Supelegor es un espacio ligado a la mitología vasca. Se dice que la diosa Mari viaja por las montañas convertida en una bola de fuego y que esta gruta, ubicada en el macizo Itxina, es su morada. Pero también de toda su cohorte de sorgiñas y lamias que en las noches tormentosas se sientan en el espectacular pórtico de la caverna, de 20×20 metros, en torno a una hoguera. Además, el paseo hasta la caverna, por mitad de la naturaleza, el espectacular Ojo Atxulaur y el Parque Natural regala una de preciosa estampa difícil de olvidar.
Cueva de la Magdalena, una gruta con ermita
Situada cerca del antiguo barrio de Urallaga, en Galdames, la gruta se encuentra entre multitud de cuevas y de galerías mineras. La de la Magdalena alberga en su interior una ermita dedicada a Santa María de la Magdalena, patrona de los mineros y del poblado de La Arboleda. Cada 22 de julio, jinetes, romeros, montañeros o simples curiosos suben en procesión, para participar de la misa y almorzar en las inmediaciones, para luego bajar en gran romería a Galdames. Es una de las cavidades más grandes de la zona y, entre los siglos XIX y XX, fue una mina de hierro que hizo prosperar el barrio.