Radiografía de la economía vasca
Representantes de las instituciones, de la empresa y economistas arrojan luz sobre la recuperación económica tras lo peor de la pandemia
Por Laura A. Izaguirre
El año 2021 fue de recuperación intensa para la economía vasca. Sin embargo, el incremento del 5,5 del PIB que se dio durante el ejercicio pasado queda lejos de la estimación que había dado el propio Gobierno vasco, que auguró que a mitad de año el crecimiento del PIB vasco creciese el 6,7%. Es por ello que la visión compartida es de que se trata de buenos datos, sí, pero podían haber sido mejores. Porque lo cierto es que todos los sectores registraron el pasado año un comportamiento positivo pero, de nuevo un ‘pero’, se esperaba una recuperación más intensa. Sin embargo, el mantenimiento de las restricciones sociales, el aumento de los precios de la energía, los problemas de abastecimiento de algunos productos fueron las piedras en el camino de la recuperación de la economía vasca. A ello, además, hay que añadirle la guerra iniciada hace unos días en Ucrania y las sanciones de la comunidad internacional a Rusia.
Hablamos con representantes de las instituciones, de la empresa y con expertos en economía para que hagan una radiografía real de la situación, haciendo hincapié en lo conseguido y poniendo sobre la mesa los principales retos a los que hay que hacer frente.
Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad: «Se han movilizado más de 2.000.000 millones de euros en la empresa vasca»
«La empresa vasca ha mostrado un dinamismo extraordinario con inversiones y proyectos vinculados, especialmente, a la industria, a la transformación digital y a la I+D», sentenció la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, durante la presentación del balance del Plan de Pymes 2021. Teniendo en cuenta que 2021 arrancó en un claro contexto de incertidumbre debido a las consecuencias de la covid-19, lo cierto es que a través del Plan de Ayudas a Pymes promovido por el Ejecutivo autonómico se han impulsado 8.096 proyectos que han alcanzado una inversión total de 2.059.312.941 euros a partir de una inversión pública de 511,5 millones. Es decir, tal y como señala Tapia, «hemos conseguido movilizar más de 2.000.000 millones de euros en la empresa vasca, sobre todo pyme. A pesar de las incertidumbres podemos concluir que las pequeñas y medianas empresas vascas han mostrado un elevado dinamismo en el conjunto de los programas, especialmente en programas de visión de futuro desarrollo industrial y en su apuesta por la transformación digital. Además hemos detectado que la apuesta de I+D+i sigue siendo firme en Euskadi y que todos los programas vinculados a la descarbonización, la eficiencia energética y la economía circular también han captado interés y se integran en nuestra empresa».
De hecho, ése era uno de los principales objetivos de este plan, que nació «con la clara vocación de acelerar y acompañar a la pequeña y media empresa en los retos de adaptación a las transiciones: digital, energética-climática y socio-sanitaria, tan condicionada por los efectos de la crisis de la covid-19», defiende la consejera. Y lo que es más, a pesar de las limitaciones que se han vivido en la movilidad internacional, «las empresas vascas han realizado un trabajo de diseño de proyectos internacionales superior al de ediciones precedentes».
Un impulso a la dinamización de la industria a la que el Gobierno vasco pretende seguir insuflando fuerza con una nueva tanda de ayudas para 2022 con el objetivo de reforzar un modelo económico inclusivo y sostenible. Para ello, ha presentado el plan de ayudas para Pymes 2022 que, con un presupuesto de 590 millones de euros, recoge 74 programas a través de los que apoyar proyectos capaces de aprovechar las oportunidades que están surgiendo, proyectos transformadores.
Carolina Pérez Toledo, presidenta de CEBEK: «En 2022 seguramente lleguemos a una actividad mejor que antes de la crisis»
La economía vasca creció el pasado 2021 un 5,5%. Una cifra nada desdeñable que, sin embargo, se encuentra tres puntos por debajo de lo que apuntaban las previsiones. ¿El por qué de esta diferencia? Se trata de una situación en gran medida derivada del ‘entorno’, es decir, de aspectos como la crisis de suministros o el aumento de los precios y la subida de la luz que, tal y como refleja el análisis de la coyuntura económica elaborado por Cebek, están ralentizando la recuperación económica vasca. «Las perspectivas económicas tanto mundiales como ‘locales’ están siendo revisadas constantemente ante la elevada incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, la inflación y los condicionantes financieros. Con esta premisa, pensamos que la crisis logística es coyuntural. La incertidumbre con la que vivimos hace que la horquilla en la que se mueven las previsiones sea holgada, entre el 4% y el 7% para 2022. Estamos en una crisis paradójica, porque, en parte, se debe a un exceso de demanda y a cuellos de botella en la oferta por múltiples factores», recoge Carolina Pérez Toledo, presidenta de Cebek (Confederación Empresarial de Bizkaia).
Sin embargo, como destaca Pérez Toledo, «por otra parte, crecemos, nos recuperamos y se está creando empleo a cierta velocidad, pero aun así la sensación entre las empresas es de incertidumbre». Porque ese crecimiento del 5,5% en 2021, aunque inferior al esperado, «no deja de ser notable», advierte y, de hecho, «desde CEBEK consideramos que para 2022 creceremos un 5,4% y seguramente lleguemos a niveles de actividad y ocupación incluso mejores que antes de la crisis», augura la presidenta de Cebek. Una recuperación que, a juicio de la experta, «seguirá viniendo de la mano del consumo y de la inversión, y también contamos con que el sector industrial crecerá algo más que este año».
No en vano, la empresa vasca puede ‘presumir’ de fortalezas como que «nuestro nivel de consumo es bueno y seguimos creando empleo. Tampoco podemos olvidar entre nuestras fortalezas nuestra ‘cultura emprendedora’, que queremos que continúe, y en general la colaboración público-privada y la cercanía con las instituciones públicas. En esta línea es necesaria también una colaboración interna entre empresas, entre centros, entre todos los agentes activos en el desarrollo económico en general e industrial en particular. Las empresas vascas hemos demostrado nuestra capacidad de resistencia y superación ante diversas crisis; esta vez no va a ser diferente», sentencia Pérez Toledo.
Mikel Larreina, profesor titular de finanzas de Deusto Business School: «Se debe reorientar nuestro modelo económico hacia uno más sostenible y digital»
Tras la pandemia y su consiguiente crisis económica en muchos sectores, los fondos de recuperación europeos Next Generation se presentan como la principal alternativa para intentar volver a lo que entendemos como la ‘normalidad’. Pero, ¿en qué fase se encuentran esos fondos europeos, ¿cómo deben gestionarse para conseguir sus objetivos? ¿Estamos camino de recuperar la ‘normalidad’ económica pre-pandemia o vamos hacia otra ‘normalidad’? «Aunque haya una gran inercia hacia el retorno a la ‘normalidad prepandemia’ lo cierto es que sería un grave error estratégico hacerlo», evidencia Mikel Larreina, profesor titular de finanzas de Deusto Business School. Porque, a su juicio, una de las realidades que se deben poner sobre la mesa de las previsiones económicas es la emergencia climática. «Es real, el tiempo se agota y España es uno de los países de la Unión Europea donde el ‘riesgo físico’ (costes de sequías, incremento del nivel del mar, eventos meteorológicos extremos, etc.) es mayor. Según el test de estrés climático realizado en septiembre por el BCE, España es de hecho el país que concentra más riesgo de este tipo de fenómenos ligados al calentamiento. Pretender que no es así o que no es relevante, puede ser rentable durante un período de tiempo cada vez más corto porque las previsibles consecuencias del calentamiento están cada vez más integradas en las decisiones de inversión», augura Larreina, que tiene muy claro que «se debe utilizar esta enorme oportunidad de inversión para reorientar nuestro modelo económico hacia uno más sostenible y digital».
Pero si hay algo que va a suponer un aliciente en la recuperación de una ‘nueva’ o ‘vieja’ normalidad son los fondos de recuperación europeos Next Generation. «De momento se han aprobado cuatro Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTEs) y se han comprometido inversiones por un total de 22.000 millones de euros», destaca el experto de Deusto Business School. Por el momento, a su juicio, «el ritmo de cumplimiento de los hitos acordados con la Comisión Europea está siendo adecuado y la UE está satisfecha con la gestión llevada a cabo hasta el momento, de ahí el pago ya realizado del primer tramo», concluye Larreina.
Iñaki Ruiz Manzano, presidente del Colegio Vasco de Economistas: «Las empresas deben seguir planteamientos de sostenibilidad si quieren ser competitivas»
«En este momento, y aunque puede ser una cuestión coyuntural, el coste de la energía es el factor que más está afectando a la competitividad de la economía vasca. También consideramos que los costes salariales y la I+D+i son elementos determinantes de nuestra posición competitiva», destaca Iñaki Ruiz Manzano, presidente del Colegio Vasco de Economistas. Es por ello que defiende que «para ser competitivas las empresas deberán seguir estrictos planteamientos de sostenibilidad, una demanda social ineludible cuya ignorancia puede impactar negativamente en la reputación de una compañía y en su capacidad de innovación». Sin embargo, «aunque el mundo empresarial ha mejorado en los últimos años su compromiso con el entorno, aún no ha acabado de interiorizar el nuevo escenario derivado del cambio climático», al mismo tiempo que ponen sobre la mesa la necesidad de que «la sostenibilidad exige una implicación de toda la sociedad y como consumidores tendremos que adoptar decisiones de compra con criterios de sostenibilidad».
La inflación y los cortes en las cadenas de suministros se presentan como causas determinantes en la desaceleración general de la economía en 2021 y en el futuro. Para que las inversiones públicas y privadas se dirijan efectivamente a la recuperación económica y social, «es muy importante que se resitúen las cadenas de producción en Europa evitando los problemas de suministro que genera la dependencia de Asia. Estas limitaciones en suministros de bienes intermedios estarían limitando la capacidad productiva de empresas, desacelerándose así la evolución de la economía y por tanto las previsiones», sentencia Ruiz Manzano. Inversiones que también deben ir dirigidas a «reducir la huella de carbono y cumplir con los compromisos medioambientales potenciando la producción y el consumo de proximidad; también consideramos que debe potenciarse la innovación en sectores emergentes con creciente potencial económico, como la economía de los mayores o ‘silver economy’; y encontramos un factor de peso en lo relativo a la ejecución de los fondos Next Generation UE ya que durante 2021, el impacto estimado de estos fondos en la economía española ha ido palideciendo frente a las expectativas generadas».
Pascal Gómez, presidente de SEA Empresas Alavesas: «Para seguir siendo una provincia industrial es necesario poner en valor la figura del empresario»
«Después de dos años que han supuesto una auténtica pesadilla tanto para la sociedad en general como las empresas, la necesidad más urgente es lograr la estabilización de la situación sanitaria y su efecto sobre el absentismo laboral», sentencia Pascal Gómez, presidente de SEA Empresas Alavesas, como la primera ‘receta’ necesaria a corto plazo para intentar dirigir la economía hacia una ‘normalidad’ lo más cercana a lo que era antes. A partir de ahí, existen otros factores que influyen de forma notable en el día a día de las empresas, como la normalización en los mercados de los componentes, materias primas, costes de energía y costes de transporte, una alteración que está acarreando la postpandemia y que está afectando de una forma gravísima a los márgenes empresariales. «En este escenario inmediato también necesitamos instrumentos financieros a largo plazo que sustituyan a los fondos ICO, que cumplieron su función en el momento de mayor virulencia de la crisis económica pero que, hoy por hoy, son una respuesta insuficiente ante la persistencia de los efectos de la crisis en las empresas», anima Gómez. Elementos que también deben ir acompañados de estabilidad laboral ya que, como señala, el presidente de SEA Empresas Alavesas, «es momento de remar todos juntos y salir igualmente juntos de la situación postcovid».
Una vez superadas las próximas semanas y meses, deberemos afrontar la tarea de profundizar en mejorar la competitividad perdida con la pandemia. «Este reto irá ligado a cuentas pendientes como la necesaria digitalización y transición ecológica desde las pequeñas empresas. Y todo ello sin perder de vista la necesidad de personal cualificado, un verdadero reto ante la situación demográfica que vivimos y las previsiones que existen para los próximos años, y que estará vinculado a la capacidad que tengamos para atraer y retener el talento», puntualiza Gómez, que también hace hincapié en la «necesidad que tenemos como sociedad de poner en valor la figura del empresario y empresaria para seguir siendo una provincia industrial».