El futuro tecnológico de la industria de Euskadi

IA, Realidad Virtual o la robotización son algunas de las tendencias que tomarán las empresas vascas este año 

Por Carlos Cienfuegos

Vivimos en una etapa de volatilidad. La pandemia de Covid-19 y el estallido de la guerra en Ucrania han obligado a las empresas a apostar por nuevos sistemas de digitalización y a utilizar tecnologías que antes no creían que iban a necesitar. Prever el futuro se está convirtiendo en la gran asignatura del mercado empresarial, para lograr el mayor beneficio posible a la mayor brevedad.

Pero, ¿cuáles son las herramientas para poder conseguirlo? Desde la Agencia Vasca de la Innovación (Innobasque) llevan años analizando el mercado para conocer las tendencias que en el futuro van a tener mayor impacto en Euskadi. El escenario económico en el que estamos inmersos está obligando a una nueva globalización que ya se ha denominado ‘Globalización 5.0’. Además, los acontecimientos de estos últimos años han provocado una escasez de materias primas y de recursos energéticos sin precedentes. Eso unido a la bajada constante de la natalidad, la desigualdad, la polarización de la sociedad, la lucha contra el cambio climático y la revolución digital generan un clima de planificación organizativa para los próximos años.

Disponer de nuevas herramientas tecnológicas se convierte en un indispensable para facilitar la transformación digital necesaria. Analizamos la tendencias más frecuentes según Innobasque.

Las herramientas

Sin duda es una de las palabras que más estamos escuchando desde el año pasado, dada su popularidad en las empresas tecnológicas y organizaciones B2C, que lo usan como reclamo publicitario y para la exposición de sus productos. «Se trata de un punto de encuentro entre lo físico y lo digital, que permite a las corporaciones, en un entorno protegido y seguro, multitud de posibilidades: monitorizar y analizar su producción para mejorar su rendimiento, anticiparse a posibles errores, planificar tareas de mantenimiento, proyectar escenarios futuros y desarrollar oportunidades de negocio y nuevos planes de fabricación».

En el contexto actual es especialmente relevante como método de aprendizaje automático capaz de crear un contenido único y nuevo. El informe de Innobasque pone como ejemplos «crear nuevos diseños de productos u optimizar los procesos comerciales». El problema es que estos programas requieren de softwares de alto rendimiento y ahí entra el concepto de supercomputación, otra de las grandes tendencias a considerar. «Ésta ayudará por ejemplo a innovar en áreas tan diversas como los nuevos materiales, la investigación del cáncer, la genética o el medio ambiente, utilizando tecnologías que están ya disponibles para todas las empresas».

La robótica lleva años siendo tendencia, pero es verdad que desde hace pocos años está cada vez más presente en nuestras vidas. Este informe de Innobasque no solo se refiere a la física, la que todos conocemos, sino también a los chatbots. «Ésta se refuerza por la dificultad de encontrar personas cualificadas y, también, por la aportación de los robots al aumento de la eficacia, la reducción de errores, la mejora de la seguridad o la realización de trabajos de precisión». Aquí se introduce el concepto de Industria 5.0 como en el que deben centrarse las empresas.

El futuro parece estar ligado a las pantallas y aquí es donde entra en juego la Realidad Aumentada (AR) y Virtual
(RV). Su capacidad para explorar mundos, ya sea virtuales o lo que se tiene alrededor a través de unas lentes o un simple smartphone, parece ser una de las tendencias de las organizaciones. Con la AR se puede comprobar, por ejemplo, cómo quedaría un mueble específico en el salón de una casa. La RV ya está en auge, por ejemplo, en la industria de los videojuegos donde cada vez toma más presencia.

El aumento de las transacciones online han generado una cantidad de ataques que hacen dudar de la seguridad. La tecnología blockchain se trata de una cadena de bloques que garantiza la privacidad y seguridad de estas acciones. Según Innobasque, ésta ha demostrado su utilidad, también, en procesos industriales. «Después de unos momentos de crecimiento desmesurado a la sombra de las criptomonedas, esta tecnología tiene el potencial de utilizarse en actividades muy diversas». Por ejemplo, esta tecnología puede guardar y distribuir, de forma segura y en tiempo real, el uso de máquinas y transportes que se estén empleando en una fábrica.

La interconexión entre dispositivos es cada vez mayor y, con ello, nuestro recelo por la privacidad. La ciberseguridad no es una tendencia nueva entre las compañías –ni entre los ciudadanos de a pie–, pero sigue siendo una de las que más protagonismo reciben. La cantidad de ataques que surgen por internet hacen que sean las corporaciones las que quieran proteger sus datos. Más en el caso de las pequeñas y medianas empresas que son las que sufren el mayor número de hackeos. «El hecho de que la presencia de la ciberseguridad esté siendo cada vez más predominante en los estándares y protocolos de comunicación de sistemas da fe de la relevancia de esta tendencia».

Las mejoras en productividad y eficiencia derivadas de la implantación de las herramientas digitales hacen que se tengan que desarrollar más los modelos de negocio digitales. Esto fomentaría una nueva competitividad, ya que surgirían nuevos establecimientos en un entorno que, de normal, no se tiene como un rival directo. «Por una parte, podrán eliminar barreras de entrada, con soluciones que simplifiquen las cadenas de producción y suministro. Por otra, se universalizará y democratizará el emprendimiento. La agilidad y la rapidez se harán indispensables», señala el informe. Estas tecnologías harán explotar otras como la computación cuántica, la red 5G y la Web3.

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